Del diseño de interiores al diseño escenográfico: la comprensión del espacio como un medio de comunicación

Evolución

Aunque son
disciplinas sumamente diversas, se puede afirmar que el diseño de interiores y
el diseño escenográfico comparten su proceso evolutivo. Ambas disciplinas
fueron condenadas por una visión decorativista y superflua, adquirieron una
función meramente estetizante, de relleno, de contemplación pasiva y
descomprometida. Gracias a este gran estigma, lograron –y lo continúan haciendo-
evolucionar y concientizar en cuanto a la creación de espacios donde predomine la
producción de un discurso y de sentido, además, de tomar en cuenta la
tridimensionalidad, el manejo del volumen y de la luz para producir espacios
significantes.


Después de
depurar los conceptos y sus alcances, llegaron, en la época actual, a través de
un camino que parte de la bidimensionalidad, pasando por la tridimensionalidad
hasta llegar a la concepción del espacio total.

Edward
Gordon Craig y Adolphe Appia, al igual que Le Corbusier, se cuestionaron sobre
el manejo del espacio tridimensional y la iluminación, para proponer un
abordaje distinto al problema de la espacialidad, tanto en el arte escénico
como en el espacio arquitectónico respectivamente. No fue sino hasta la época
moderna, que ambos espacios comenzaron a tener importancia compositiva. En la
historia de la escenografía, por ejemplo, la comprensión del espacio pasa de
una visión plana o pictórica, a tener una visión escultórica para luego
convertirse en un espacio arquitectónico y funcional.


Además,
cabe resaltar que ambas disciplinas se nutrieron con la evolución de las
vanguardias artísticas de la primera mitad del siglo XX, más que nada, del Constructivismo
ruso y posteriormente de los principios de diseño desarrollados en la Bauhaus,
como lo fueron el estudio del color, el estudio de las formas puras y del
punto, la línea y el plano como elementos básicos de composición.

La aproximación
contemporánea del diseño escenográfico, enfatiza en la importancia de la
composición, del estudio del espacio tridimensional y de la armonía entre los
componentes escenográficos, con el fin de producir una atmósfera precisa y un
diseño integral.


El
diseñador de interiores dentro del punto de vista del diseño teatral, no solo
es capaz de abordar el problema del diseño escénico, sino también de los
espacios de representación de la teatralidad y demás formas del discurso
teatral. Es decir, el diseñador de interiores tiene las bases para diseñar el
interior del edificio escénico y de los espacios donde convergen el espectáculo
y el espectador. Es fundamental dentro de nuestra contemporaneidad replantear
el edificio escénico como un sitio revalorizado, que buscará contribuir a la
reconstrucción de la sociedad actual.


El espacio como medio de comunicación

Muchas
veces se cree, que el diseño de interiores carece de una teoría en la cual se
fundamente para comprender la espacialidad. A partir del estudio de la teoría escenográfica,
se puede evidenciar la necesidad de comprender los distintos niveles de
espacialidad y de relaciones entre los usuarios del espacio, con el fin de
crear espacios significantes, sea cual sea su tipología.


Frecuentemente,
se olvida, que además de ser funcional, el espacio es contemplado, por lo cual,
más allá de satisfacer una serie de necesidades especificas, debe buscar
también comunicar un mensaje específico por medio de la abstracción de formas,
texturas, colores, etc. Los espacios deben tener un contenido, si no, se
percibirán como espacios banales y superficiales. A menudo, los espacios se
resuelven únicamente en función de las necesidades de los usuarios, se buscan
soluciones estéticamente correctas, se maneja la volumetría del espacio, pero
se deja de lado lo que se quiere transmitir.

Los
interioristas, debemos cuestionarnos por qué estamos diseñando espacios y
prestar real importancia a lo que nuestros espacios comunican, pues al final,
los espacios son también medios de expresión y de comunicación de un mensaje.


El arquitecto Adolf Loos, creía en la articulación de distintos escenarios dentro
de la unidad habitacional. Para Loos, los espacios residenciales debían jugar
con la percepción de sus habitantes y usuarios. Beatriz Colomina, analiza en
uno de sus escritos titulado “Interior”,
varias residencias diseñadas por Loos desde la teatralidad y la narratividad.
Adolf Loos diseñó sus residencias a partir del Raumplan, lo que significa que
los espacios tenían una ocupación jerárquica dentro de la composición de la
unidad habitacional, pero también, una identidad propia. Loos contempló el
juego entre actor- espectador a la hora de diseñar estos espacios, así como
también, la iluminación para producir contraluce, luces frontales o de relleno,
según su discurso.

En la casa
Moller (Viena, 1928) Loos diseña un espacio en un nivel superior con vista
directa a la sala de estar y ubica el mobiliario de espaldas a las ventanas para
generar contraluces sobre los usuarios, haciendo que este espacio elevado en un
nivel superior, funcione como metáfora del espacio del espectador que mira hacia
la caja teatral, que en este caso es la sala. En la casa Steiner (Viena, 1920)
el comedor se diseña como un espacio elevado para ser contemplado desde la
sala, de manera que cada espacio, tiene su propio carácter, su propia
teatralidad.



El factor de lo efímero y la temporalidad

El factor
de temporalidad y durabilidad, pone en valor el sentido de comprensión del
espacio. La movilidad y la temporalidad son componentes del diseño
escenográfico que han contribuido a replantear los espacios internos.
Actualmente, el alcance de los espacios temporales es muy amplio, debido a los
avances tecnológicos y a la posibilidad que estos tienen de adaptarse a los
cambios. En otras palabras, se puede decir, que uno de los puntos de
convergencia entre el diseño interno y el diseño escenográfico, son los
espacios efímeros. Los espacios efímeros no son más ni menos importantes que
los espacios diseñados para durar para siempre. En un contexto en el que todo
es desechable por el ritmo de vida y la evolución tecnológica, es necesario
cuestionarnos si como interioristas, deberíamos contemplar también, la
evolución de los espacios que habitamos. El nacimiento de espacios
polivalentes, multifuncionales, dinámicos y cambiantes, introducen en la
temporalidad, un factor que debe ser tomado en cuenta a la hora de diseñar.


Actualmente,
es imposible no cuestionarse sobre la temporalidad a la hora de crear espacios…
El diseño de interiores estuvo mucho tiempo supeditado a la monumentalidad de
obras arquitectónicas diseñadas para ser duraderas y trascender en el tiempo. Sin
embargo, como respuesta a la necesidad de producir tipologías de espacios
distintos,  el diseñador de interiores se
puede dar a la tarea de crear espacios independientemente del contenedor
arquitectónico y enfatizar sobre la creación de espacialidad por sí misma.

El diseño
de interiores se mueve cada vez más hacia la construcción de espacios efímeros
y hacia la apropiación de espacios no convencionales como respuesta a la crisis
económica. El diseño de sets, exposiciones, exhibiciones, pasarelas, tiendas y
restaurantes pop-up, etc., son ejemplos de espacios efímeros que se han nutrido
del diseño escenográfico teatral, y que el diseñador de interiores puede
abordar.

Como
conclusión, se puede afirmar que las disciplinas del diseño de interiores y el
diseño escénico se pueden relacionar una con otra, para crear espacios
significantes y funcionales. Es decir, que el diseñador de interiores, apoyado
de la teoría del diseño escenográfico, será capaz de abordar y diseñar
distintos espacios:


1.   
Diseño escenográfico teatral

2.   
Diseño de espacios de representación dramática y
para el espectáculo

3.   
Diseño de espacios efímeros

4.   
Diseño de espacios internos apoyados en la
teatralidad (como en el caso del abordaje del diseño residencial por parte de
Loos)


¡Diseñadores
y diseñadoras, dejemos de diseñar espacios estéticamente “correctos” y
empecemos a diseñar espacios con sentido!



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